Todo seguía negro a mi alrededor. Me
sentía mareada y me dolía cada músculo del cuerpo. Algo me estaba ocurriendo.
De repente siento que me falta el aire, no puedo respirar.
Involuntariamente llevo mis manos
hacia el cuello, queriendo poder respirar pero en vez de tocar mi piel rocé el
collar. Éste empezó a brillar con tanta intensidad que hizo que cerrara los
ojos, pero todo fue un pequeño momento, luego el collar volvió a ser el de
antes.
…¿Harmonía?...
Me revuelvo, he oído una voz y estaba muy cerca de mí.
…¿Estás bien?...
Otra vez. Esta vez el collar empieza a brillar de la misma forma de antes. Y de
repente puedo respirar y mi voz sale atropellada.
—¿Sí? ¿Quién es? —digo con inquietud.
—¡Oh, menos mal! Cría que te habías
quedado atrapada entre la Tierra y el Limbo, que algo había salido mal, pero tu
llamada me llegó.
—¡Mamá! Pero yo no te he llamado.
—Claro que lo has hecho. Has tocado el collar.
Algo ha cambiado a mi alrededor. Todo se vuelve más claro, más nítido. Ya puedo
ver algo al final.
—¿A dónde me dirijo? —pregunto mientras voy avanzando.
—Te estoy enviando a la primera piedra,
la amatista. Se encuentra en Hawaii.
—¿Hawaii? —cada vez avanzo más rápido.
—Lo siento, cariño, vas a llegar. No te puedo explicar nada.
Y ahí se “corta” la conversación. He estado tan absorta que no me he dado
cuenta que ya puedo ver el fondo de lo negro que me rodea.
Todo pasa tan rápido que en una milésima
de segundo estoy en el suelo humano, rodeada de gente humana
—¿Estás bien?
Me giro y veo que una chica esta agachada
a mi lado, muy cerca. Me aparto de ella muy rápidamente y hace una mueca muy
extraña. Todo el mundo a mi alrededor cuchichean:
“¿Quién es?” “¿De dónde ha salido?” “Qué
extraña es”
Me siento tan cohibida que lo único
que se me ocurre es levantarme, echar a correr y esconderme en una trastienda.
Lo primero que observo al entrar es que
todo está patas arriba, todo está lleno de polvo. Entonces cuando consigo
tranquilizarme toco de nuevo el collar y vuelve a iluminarse intensamente.
Mientras espero que mi madre
responda observo de nuevo la habitación. Al final de esta encuentro un objeto
muy grande, olvidado, tapado por una sábana y lleno de polvo. Mientras avanzo
hacia el para saber de qué se trata el collar sigue brillando.
Cuanto más me acerco, me voy dando cuenta de que es muy grande y tiene más
polvo del que imaginaba. Parece que no ha pasado mucha gente por aquí desde
hace mucho. Tiro de la sábana descubriendo que el objeto tan grande de la
habitación es un espejo. Justo en la parte más alta del espejo se encuentra
tallado en madera un Ángel. Quedé observándolo detenidamente puede que fueran
unos minutos.
—¿Harmonía?
Di un gran salto al oír la voz de mi madre que tropecé con una red y caí de
culo frente al espejo, dejando un ruido seco en la habitación.
—¡Sí! Estoy aquí —digo mientras me
levantaba y me ponía de nuevo frente al espejo.
Intenté verme reflejada pero había demasiado polvo en el cristal. Dejé salir un
poco de aire de mi boca y el polvo del espejo se retiró.
—¿Mamá?
Ahora si me vi reflejada en el espejo no pude contener un pequeño grito. Esa no
era yo. No se parecía en nada a mí. Mi melena pelirroja se había convertido en
una melena corta y negra. Mis pecas habían desaparecido haciendo que mi cara no
fuera tan aniñada sino más madura. Eso sí, seguía siendo hermosa.
—¿Quién es esa, al que está en el espejo?
No soy yo —dije mientras me examinaba la cara con mis manos.
—Claro que no. No ibas a bajar a la
Tierra siendo una semi-diosa —ahora el reflejo ha cambiado— Como ya te dije, te
he reencarnado en una chica mortal.
En el espejo ya no veo el reflejo de
antes, de la chica, ahora me veo tal y como era.
—Pero yo no sé nada sobre ella —digo replicando.
—No hace falta, la chica es de un país
más lejano. Podrás tener la personalidad que prefieras.
—Pero, ¿tendré distinto aspecto con cada chico, quiero decir, en cada
lugar?
—Sí, lo siento no puedo arriesgarme de que te descubran.
De repente la puerta de la trastienda se abre y entra la chica que me habló por
primera vez.
—Oye, de verdad, ¿estás bien? Antes te he
visto un poco pálida al vernos todos allí —una sonrisa apareció en su rostro.
Me cae bien.
—Sí, no te preocupes, estoy bien tan solo
un poco mareada, nada más.- intento aparentar normalidad, no me he acostumbrado
aun a mi voz.
—Ah, menos mal. Encanta yo soy Helena, ¿y
tú eres? —me vuelve a sonreír. La sonrisa me está poniendo nerviosa.
—Eh…pues….bueno…
—¿Qué pasa, no tienes nombre? —suelta una
gran carcajada y me vuelve a mirar. Está esperando mi respuesta.
—Oh, sí. Yo soy Charlotte —dirijó mi
mirada al collar de mi garganta el brillo se ha apagado por completo.
—Bienvenida a Hawaii, Charlotte.
Y aquí empieza todo, mi gran aventura por
la Tierra. ¿Qué me esperará allí fuera?
¡Hola de nuevo!
ResponderEliminarQuería decirte que me encanta, quiero saber qué pasará en el futuro ^^
Te he nominado a un premio en mi blog, "El Bosque Ilusorio" =)
Un beso ^^
Muchas gracias guapaaa. Me paso ahora mismo por tu blog ;)
Eliminar¡Hola preciosa!
ResponderEliminarTienes un premio en mi blog^^
http://venenoensangre.blogspot.com.es/2013/05/premio.html
¡Muchisimas gracias Alba! Ya sabes lo que me parece tu historia, ¿no? jajajaja <3
EliminarBueno, pues aquí te traigo un nuevo premio hahah a ver si este lo haces :) http://antelitem.blogspot.com.es/2013/06/premios.html
EliminarAsí que Hawaii, qué inesperado. Me hace pensar en qué otros lugares podría llegar a visitar Harmonía en su viaje, y la gente a la que va a conocer... Helena parece una chica divertida y agradable :) ya veré como es cuando lea el resto, pero por ahora parece buena chica. ¿Será ella la que tenga la piedra o tiene que ser un hombre?
ResponderEliminarMe encantó el capítulo, está interesante la historia.
Me gusta esta historia es muy entretenida.
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