domingo, 23 de junio de 2013

Capítulo 3




Los mechones de su perfecta coleta ahora estaban sueltos y el viento los mecía graciosamente. En cambio mi pelo no se podía decir que era perfecto como el de Helena.
            Llevo aquí, en Hawaii, dos días. He pasado con Helena todo el fin de semana y me ha dejado quedarme en su casa el tiempo que necesite.
            —¡Buenos días!
            Ya medio Hawaii la ha saludado. Yo soy simplemente la chica nueva que la acompaña.
            —Esta es Charlotte, viene de... ¿de dónde vienes Charlotte?
            —Eh, pues de... de por ahí. De muy lejos. De un pueblito perdido.
            Es la primera pregunta que me hace y la primera que no sé responder.
Ahora vamos de camino al instituto que según ella es un lugar donde otras personas estudian. Al principio quedo extrañada por la pregunta pero, ¿qué podía decirle yo? Al final le dije que donde yo vivo no hay escuelas ya que es un pueblo olvidado y viejo. Creo que quedó satisfecha con la respuesta.
            —¿Sabes? En el instituto hay muchos chicos guapísimos pero por desgracia yo ya tengo novio. A lo mejor alguno de ellos se fijará en ti.
            —Esperemos que sea el que busco —dije en un susurro.
            —¿Has dicho algo? —me preguntó mientras miraba por encima de las cabezas que iban por delante nuestra— Ahora mismo vuelvo Charlotte. Tú sigue a todo el mundo, se dirigen al instituto.
            Y vi como ella me dejaba sola en medio de la calle rodeada de gente y sin conocer la zona. Bueno haré lo que me ha dicho, seguiré a la multitud. La gente va de aquí para allá, charlando, cantando, otros se hacen bromas.
            Un grupo de chicos de delante de mí se pasan una pelota con las manos y yo empiezo a divagar en mis pensamientos.
            Toco mi colgante del que no me he separado en estos días. Es la única forma que tengo de comunicarme con mi madre y no me gustaría perderlo.      Empieza a brillar como ya lo ha hecho antes pero al parecer nadie se da cuenta o más bien no se fijan en mí.
            “¿Harmonía?”
            “Sí, mamá. Estoy aquí.”
            También he aprendido que no hace falta que hable en voz alta para comunicarme con ella, que tan solo tengo que pensarlo en mi mente y ella me hablará de la misma manera.
            “¿Qué ocurre?”
            “Voy de camino al instituto de Hawaii pero aún no sé cómo voy a reconocer al primer chico que tiene la piedra.”
            “Pues seguramente él se fijará en ti, cariño. Las piedras saben quién ha sido mi descendencia y además creo que te podré decir el primer nombre. El primer chico se llama Sam.”
            “¿Sam?” Ese nombre ya lo he oído ya. Puede que Helena me hablara de él ayer pero yo no estuve muy pendiente.
            “Estudia en el instituto al que te diriges y ya sabes, lo único que tienes que hacer es recuperar mi piedra y me da igual la forma en la que lo hagas, la quiero de vuelta.”
            “Sí, madre. Tengo que irme, Helena viene hacía aquí” Y la comunicación termina con una simple caricia al colgante.
            —¡Charlotte! —grita mientras se dirige a mí
            Viene de la mano de un chico de piel morena y muy alto. Si no tuviera otros planes en mente podría haberme convencido de que ese chico es guapo
            —Mira, Charlotte. Te presento a Daniel, mi chico. Llevamos juntos 3 meses —me dice mientras aparece una gran sonrisa en su rostro.
            —Encantada Daniel —le digo mientras él me da dos besos en la mejilla.
            —El placer es mío, señorita —y ahora me besa los nudillos. Que caballeroso— Bueno, nena voy a adelantarme.
            Daniel se despide de Helena con un suave beso en los labios y a mí me da un beso en la mejilla, de nuevo.
            Sigo mirando a mi alrededor a ver si puedo distinguir a Sam, aunque no tengo ni idea de que aspecto tiene. Si es rubio, moreno, ojos claros, oscuros...
            —¿A qué es un encanto? Estoy muy enamorada de él y es muy difícil que yo me enamore porque me han roto el corazón varias veces. Pero ya estoy bien y además no quiero aburrirte con mis problemas.
            —No pasa nada Helena, me gusta escuchar a la gente —tan solo necesito un poco de paciencia y que lleguemos pronto.
            —¡Eres la mejor! —me dice de repente y me da un enorme abrazo en medio de la calle.
            Me separo de ella y seguimos caminando. Sigue contándome todos los problemas que ha tenido hasta ahora. Al parecer le faltaba alguien a quien contar todo esto
            —¡CUIDADO!
            Y un balón choca en mi cara y hace que pierda el equilibrio y caiga de culo. A lo mejor si hubiera estado más atenta lo podría haber evitado, pero estaba en otro mundo.
            Mientras Helena me ayuda a levantarme observo quien me ha dado con la pelota. Helena al ver quien ha sido ya está discutiendo a gritos con él
            —¿Podrías tener un poco más de cuidado? Mira la que has liado, ahora todo el mundo está pendiente de nosotros —señala ella a toda la multitud que se ha parado frente a nosotros.
            —¡Joder, Helena! Que no ha sido para tanto —su mirada se dirige ahora a mí— Lo siento, ¿estás bien? Se me ha escapado un pase y ha salido disparada.
            Levanto la mirada y un chico de mi edad, rubio, ojos claros llama mi atención.
            —¿Eres nueva verdad? —me pregunta mientras me da la mano para que termine de levantarme del suelo.
            —Sí, acabo de llegar a Hawaii. Encantada soy Charlotte.
            —Encantado, Charlotte. Yo soy Sam. Puede que estemos en la misma clase —y me sonríe de una forma peculiar.
            ¿Sam? ¿Este es el chico al que tengo que robar la piedra? Bueno al menos la presentación no ha sido forzada. O podría haber sido peor... ¿Peor que un balonazo en la cara?
            —Ejem. Llegamos tarde —Helena interrumpe al ver que los dos nos hemos quedado mirándonos sin apartar la mirada.
            Me agarra del brazo y tira de mí hacia delante. Me giro y veo que aún tiene puesto la mirada en mí. Al ver que le estoy mirando me lanza un beso con las manos.
            —Lo siento, tiene novia. Te lo digo por si te has hecho ilusiones.
            ¿Tiene novia? ¿También tendré que enfrentarme a ella? En mi estancia aquí me gustaría no pelearme con nadie.
            —¿Qué? ¡Yo no me he hecho ilusiones Helena!
            —Bueno lo que tú digas pero ten cuidado con la novia es muy temida por aquí. No le gusta que nadie se acerque a su novio a no ser que sea ella —gracias por la advertencia.
            Voy a tener que tener cuidado y demasiado. Por fin hemos llegado. Entramos por la puerta principal y nos dirigimos al pasillo de las taquillas.
            Me giro y veo que Sam viene justo detrás de nosotras y que en pocos segundos acelera el paso y se coloca a mi lado. Me toca la cabeza de forma amigable y sale disparado hacia delante.
            En mi cara aparece una sonrisa. Al menos he conseguido caerle bien.
            —¡EH TÚ!
            Justo al lado de las taquillas se encuentra una chica muy maquillada, alta y morena y con un rostro muy enfadado. ¿Me ha gritado a mí?
            —Charlotte, esa es Diana, la novia de Sam. Yo me voy a clase —y Helena me deja sola en el pasillo con una chica enfada a la que no conozco de nada y que la he hecho enfadar por hablar con su novio.
            Va a ser difícil conseguir la piedra. Más de lo que yo creía.

5 comentarios:

  1. ¡Oh, vaya! ¡Qué mala suerte!
    Espero que sea capaz de recuperar la piedra y que la novia de Sam no se meta de por medio.
    Ains, qué ganas tenía de este capítulo. Me ha encantado.
    Muchos beistos^^

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  2. Te he nominado en mi blog http://keepcalmjustread.blogspot.com.es/

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  3. Hola Patri!!He empezado a leer tu historia y me gusta mucho!! Estoy deseando saber como conseguirá la piedra Charlotte, porque como bien ha dicho, no lo tendrá nada fácil.
    Y no te desanimes, tarde o temprano el éxito ya llegará, sobretodo si luchas por ello, ya lo verás ;)
    Un besazo!^^

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  4. Veo, así que sí, son todos hombres xD.
    ¡Qué amable Helena, y también su novio! Se ve que Harmonía tuvo mucha suerte. Así que un tal Sam... que, de paso, es lindo. Aunque una novia celosa es mucho más peligrosa que muchas cosas que hay allí fuera, eso seguro xD. Espero que Harmonía pueda recuperar la piedra sin (demasiadas) complicaciones.
    Como ya te dije, me gusta muchísimo esta historia, y es una pena que apenas y me quede un capítulo por leer.

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